Pues sí, este es mi conejito, mi conejito campeón, que es de la especie freakonejo.
Es una especie de costumbres muy sedentarias que dedica la mayor parte de su tiempo a a mirar películas de batallitas espaciales, jugar a videojuegos y leer tebeos. Debido a dichas aficiones estos conejos son más bien cortos de vista, poco ágiles y con tendencia al sobrepeso, por eso siempre han sido muy fáciles de cazar y actualmente están en peligro de extinción.
Y digo que este ejemplar mío es un campeón porque gracias a él he ganado una esplendorosa consola Nintendo Wii que me servirá para perder el tiempo como un imbécil viciándome al Wii Sports y al Rayman.
¿Cómo sucedió?
Pues para estas Navidades se organizó un concurso entre todos los estudios de Ubisoft. A todos los trabajadores nos regalaron una caja con siete figuritas de los conejos de Rayman Raving Rabbids. Una de ellas estaba totalmente en blanco, sin pintar, y el concurso consistía en "tunearla" como quisiéramos. En una página web interna se fueron colgando las fotos de todos los conejos participantes -había algunos muy divertidos- y un jurado eligió hace unas semanas a los tres ganadores.
¿Cómo sucedió?
Pues para estas Navidades se organizó un concurso entre todos los estudios de Ubisoft. A todos los trabajadores nos regalaron una caja con siete figuritas de los conejos de Rayman Raving Rabbids. Una de ellas estaba totalmente en blanco, sin pintar, y el concurso consistía en "tunearla" como quisiéramos. En una página web interna se fueron colgando las fotos de todos los conejos participantes -había algunos muy divertidos- y un jurado eligió hace unas semanas a los tres ganadores.
Ahora ya tengo la Wii en casa y, bueno, parece que este es el fin de mi corta carrera como dibujante de cómics. A partir de ahora dejaré el lápiz y dedicaré mi mano derecha a menear el mango... digo... el mando de la Wii.
Fue bonito mientras duró.
Fue bonito mientras duró.