Otro de los buenos monentos de este último Saló del còmic fue la cena de Norma Editorial a la que acudí en condición de Dibuartista. La hicieron en un "chiringuito deluxe" de la Barceloneta, el "Sal Café", que más escondido no podía estar.
Allí coincidí con Jaime Martín, que por la mañana me había dedicado su último álbum, y estuve charlando muy agradablemente con él. Me contó que ahora estaba trabajando en un nuevo proyecto ambientado en la época de la depresión americana de más de ochenta páginas. Luego me dejó ver una especie de folleto/minifanzine que le había dado Monteys, el cual por lo visto, lo entregaba a todos los que le preguntaban: "¿aparte de lo de El Jueves, estás preparando algo?" El minifanzine era un compendio de ideas, a cual más bizarra, sobre las que desarrollar nuevos proyectos. Tronchante (Si alguien que lo tiene, por favor, que lo escanee y lo cuelgue en internet para el goce y disfrute de los internautas).
Al evento también acudieron, entre otros que no supe identificar, los dos estirados editores franceses con los que me entrevisté aquel mismo día, el estrafalario autor de Lenore (que no pensó en decirles a los responsables de Norma que encargaron sus billetes de avión que el nombre con el que firma es un pseudónimo), Hernán Migoya (que todavía se acordaba de mi cara después de una cena en Cornellà en la que coincidimos hace 10 años) y el gran Charles Berberian (que cuando me fuí del local todavía seguía allí y paracía muy animado, por no decir "contentillo").
Durante la cena, que fue una especie de buffet libre, compartí mesa con los colegas dibujantes de la revista ¡Dibus!, Juan Carlos Bonache y su compañera Noe, y David Ramírez. Estuvimos la mar de entretenidos hablando, entre bocado y trago de vino, de temas profundos de gran calado existencial; a destacar: "La mujer del señor Moore tiene bigote","Seinfeld es la mejor serie de risa" o "Pocoyó es una monada"...
También tuve la oportunidad de aprender algunos secretos super-prácticos de unos maestros del cómic como Bonache y DR tales como hacer que tu mujer coloree tus historietas o dibujar cabezas con plantillas de círculos.
Pero tan entretenidos estuvimos en nuestro rincón (algo apartado del resto de invitados) que cuando nos enteramos de que en el buffet había carne para servirse de segundo plato, ya se habían acabado las existencias. Para compensar decidimos ponernos las botas con los postres.
En el blog de DR podréis leer su versión de los hechos (junto con otras de sus anécdotas en el Saló).
En fin, una noche muy amena de la que inmortalicé este momento con mi móvil.
4 comentarios:
¡¡Es que Pocoyo mola tanto tanto!!!
Mimitos compañero!!
Veo mi ectoplasma sobrevolando la instantanea XDDDDD
Y a Moebius!! no viste a Moebius...me dijeron que también estuvo.
¿¿Quéee??¿Moebius?
Pues no lo vimos. Igual llegó más tarde, mientras estábamos cenando en nuestro apartado rincón.
Cachis...
Ostres, en DR!! Un altre dels meus autors fetitxe de l'adolescència. M'agrada veure com ha evolucionat el seu estil, des d'aquelles magnífiques paròdies que feia de series anime japoneses, fins als últims treballs.
Per cert, estic d'acord amb lo del Pocoyo. En sóc un fan!
I tu quins projectes manegues ara, Ricardo?
Salut!
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